ESTAR EN EL MUNDO
CONSCIENTE DE NO SER DEL MUNDO.
Estar entre los que son del mundo y sentir que son tus
hermanos en la Luz Creadora; saber también que es difícil que ellos puedan
comprenderte y amarte, como tú sabes comprender y amar.
Que tristeza en el corazón y en el alma, que sufrimiento
indecible cuando ellos te odian, únicamente porque tú los amas; ellos te
acosan, moral y físicamente, sin razón porque tú pones delante de sus
consciencias la Verdad de Dios y de Sus Leyes Divinas.
¡Qué tristeza, qué tristeza Dios mío!
“ANTES DE ODIAROS, ELLOS ME HAN ODIADO”.
Es verdad mi Maestro, es verdad; pero, ¿cuándo se
apercibirán de que se han engañado y de que todavía se engañan?
Eugenio
Siragusa.