“DIGAMOS LA VERDAD”.
UNA CULTURA nefasta, libertina,
sodomítica, degenerante en todo orden existencial.
UNA ECONOMÍA que somete y esclaviza
por fines lucrativos, que despilfarra y destruye las reservas naturales para
abyectos propósitos especulativos, que instruye miseria, hambre y todo cuanto sirve a los comerciantes sin
escrúpulos, sin piedad, sin un mínimo sentimiento de Amor hacia el prójimo, que
enriquece a los más dañinos y malvados instintos del Hombre-Bestia, egoísta y
sanguinario.
UNA POLÍTICA servidora de la
industria de la muerte, de los ocultos poderes de la violencia y del terror.
Una política que amamanta y protege
a los ladrones y a los malhechores de toda especie, porque es útil a los
objetivos del querer gobernar a cualquier precio.
UNA RELIGIÓN que se compromete con
los tiranos de este tiempo, que esconde, que continua poniendo bajo llave las
Celestiales Solicitudes de la Potencia
Divina; que ridiculiza las manifestaciones “del Amor que
llama al Amor”, antes de que lo irreparable ocurra, antes de que la
Ira Santa se desencadene.
UNA IGLESIA que no cree oportuno el
hacer de dominio publico los deseos de la amable Madre del Redentor
Jesús-Cristo. Una Iglesia inerte y pasiva a los Signos de los tiempos
manifestados en el Cielo y en la
Tierra.
UNA SOCIEDAD HUMANA dispuesta a
dejarse subyugar por las fuerzas tiránicas maléficas, capaces de desarrollar
apatía, frialdad, desinterés hacia los más apremiantes problemas vitales.
Una sociedad dedicada a la
esclavitud del consumismo desenfrenado, a los locos placeres, a las evasiones
convulsivas, caóticas y mortales.
UNA ATMÓSFERA INFERNAL que pone en
agonía toda cosa, que envenena todo, que embrutece el rostro del mundo.
Pero es cierto, certísimo y
verdadero, que los Cuatro Portentosos Caballeros del Apocalipsis (Fuego, Agua,
Aire y Tierra) galopan fustigando el blasfemo orgullo humano.
Las Fuerzas Primordiales de la Viviente Naturaleza
se desatan contra quienes las violentan, las desarmonizan y las perturban.
¡Apenas es el comienzo!
Eugenio Siragusa.